La verdad que los intentos que di en mis primeros meses fueron fallidos, no entendía que estaba pasando o la mayoría de veces, en medio de una ironía, pensaba que ese aparato electrónico vino con alguna falla de fábrica, o sea pretendía echarle la culpa a ese aparatito de mi incapacidad pero pude averiguar un truco muy elegante para poder tener una pacífica tregua.
Cuando empecé a tocar lo hacía en un par de bandas de covers y en una iglesia, básicamente hacían lo mismo: "sacar canciones de otros artistas". Entonces para ello debía escuchar el tema varias veces, sacarlo por oído y cuando ya estaba listo, o casi listo, me subía a la batería y empezaba a tocar el tema junto con la canción. o encima de ella. Esto funcionaba muy bien, porque sentía que estaba tocando con una banda entera, con un excelente sonido, con todos los cortes ensayados, todos los silencios respetados y por sobre todo estaba tocando con un metrónomo.
Entonces, yendo un poco más lejos me dije a mí mismo: "Si este brother ha grabado con metrónomo entonces lo que debo hacer es seguir tocando la canción encima, lo más certero a todos los golpes de la batería". Así fue.
Comencé entrenando de la siguiente manera, conforme pasaba el tiempo iba descubriendo esta maravillosa y efectiva técnica.
1. Tocaba con la canción encima. En los audífonos el volumen era lo suficientemente alto para no escuchar lo que estaba interpretando en mi batería. No importaba si yo le estaba pegando bien, por lo menos esa impresión me daba, por lo menos sonaba que tocaba igual al disco y tenía una buena batería.
2. Luego de que ya tenía el tema más cuadrado llegaba la hora de escucharme, entonces, lo que hacia era bajar el volumen a punto de escuchar mis golpes en la batería y a la vez escuchar la música. De esta manera escuchaba errores y me iba pegando más a la batería original. Cada vez que me escuchaba mejor en la batería, le bajaba el volumen de la canción en mis auriculares hasta llegar a un punto en donde la batería tocaba sola y la música estaba a miles de millas lejos.
3. Cuando ya estaba tocando con la música muy baja y me percataba que estaba yendo al clic, fue cuando averiguaba el BPM de la canción y usaba el "maldito" -en ese entonces- metrónomo. Por una cuestión divina atinaba.
¿Se dieron cuenta?
Así fui desarrollando mi clic interno, antes de discutir y vivir amargado descubrí, por curiosidad, este método que resultó muy provechoso.
Ahora no puedo vivir sin mi mejor amigo, antes enemigo, el metrónomo.
Aplícalo, te servirá.