martes, 24 de febrero de 2015

"Si no te gusta, no lo escuches pues..."

Es muy frustrante ver que casi nada aquí crece, casi nada parece evolucionar, solo muy pocos lo hacen y el dólar americano. Estas dos situaciones nos deben preocupar, pues si bien es cierto existe la libertad y el consumidor pero muchos “artistas” y empresarios han tomado la libertad como un verdadero y escandaloso libertinaje.

Cuando Benthan analizó el advenimiento de la era industrial, supuso y con razón, que ésta solo podía desenvolverse bajo dos premisas en ese momento aún inciertas: la libertad y el consumidor. El libre desarrollo de la fabricación de millones de productos y la libertad que el consumidor pueda escoger entre ellos.  (Pág. 19. Creator y la Publicidad – Luchín Cárdenas)

Ahora, ¿cuántas opciones le damos a un consumidor tan desnutrido?
Le estamos dando hambu-ratas. Es cierto, los medios de comunicación nada harán para cambiar esto, es su negocio, eso vende y la gente lo baila, la gente va a sus conciertos. 
Es frío, es terrible, ¿no?, pero es una realidad.

O sea, le daremos más chance al derecho de seguir en una mediocridad y al final, con resignación e indiferencia optar por el -“si no te gusta, haz zapping”- 
¿a caso a nadie le preocupa esto?
¿dónde están los artistas? O sea, ¿para eso estudias? 
¡No!, tú estudias para encerrarte en tu dormitorio 8 horas para tocar más rápido que Malmsteen, ser el más famoso y al final, hagas música popular y te llenes los bolsillos de soberbia y el corazón de dinero.  
Ahora, he tenido el agrado de tocar y conocer músicos que buscan el verdadero arte, el hecho de vivir por ella y de ella, pero con la conciencia de hacer un cambio en esta civilización, dejando las infantiles quejas en las redes sociales (que es popular en esta generación artística...) y ejecutando como los dioses, tratando de dejar una eterna huella en este mundo, como en las épocas primitivas, como solo el arte puede hacerlo. 

Es hora de dejar la mediocridad que ha venido persiguiendo nuestra milenaria y riquísima cultura, hagamos atractivo nuestro arte, pensemos en verdaderamente algo que pueda equilibrar tu sueño, el arte y la lucha por el cambio.
No darle chance al consumidor en hacer zapping, es hora que él entre en una disyuntiva y tenga que escoger un canal, es hora que el consumidor invierta en el verdadero arte, algo que le haga inflar el pecho a medio Perú, brillar, traer más consumo y por sobre todo dar un grano de arena por el bien de la humanidad. Tenemos esta responsabilidad, ejercer el cambio, abrir un camino para que otros puedan seguirlo.


La música, tiene la facultad y poder de cambiar civilizaciones y a lo largo de la historia se ha podido fortalecer esta teoría. Si hoy en día te propones en unir el arte con el alma, no llegaremos a este punto, la esperanza no se pierde, jamás.

Hay demasiado talento, falta exposición. Crea tu plataforma y haz trova en las plazas.

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